sábado, 19 de diciembre de 2009

Relato "Descenso"



DESCENSO (Relato breve)

Bajo la inmensidad de las aguas subyace un mundo de vida y muerte...


¿Acaso importaba que fuera Navidad o que la nieve cayera sobre su rostro? Ya nada merecía importancia, ni tan siquiera su vida. El invierno; el verano; las estaciones, el mundo habían dejado de existir desde que a Julio le diagnosticaron la enfermedad. Le quedaban dos meses de vida y había tomado una decisión: quitársela.

Paseaba sobre el lago helado mientras pensaba cual era la mejor manera de hacerlo, buscando la solución menos dolorosa, rápida y efectiva. Los rayos de la luna acariciaban la gélida piel de su rostro enfermizo.

Mientras la posibilidad de morir ahogado rozaba su mente, un silbido del viento quebró el silencio, y el frío caló sus huesos de tal modo que sintió que mil cuchillas abrían su carne. Entonces decidió regresar a su hogar, pero al dar un paso sobre aquella alfombra de cristal, un sonido estrepitoso provocó que abandonara sus reflexiones. El hielo crujió. Julio miró a sus pies y permaneció inmóvil. Descubrió entonces que bajo aquel mar de plata yacía una figura extendida cuyas manos y rostro se aplastaban contra la capa de hielo, parecían pedir auxilio. Un nuevo crujido provocó la formación de una enorme grieta a su lado. A continuación se abrió un gran agujero que dejó a la vista el agua, que súbitamente comenzó a teñirse de sangre.

Al verlo, Julio pensó que aquel ser que vio bajo las aguas aun podía estar vivo, y sin dudar introdujo su brazo en el agujero logrando sacar el cuerpo a la superficie. La figura quedó tendida sobre el hielo. Al contemplar su rostro, lanzó un grito, pues sus rasgos no eran los de un hombre o una mujer sino los de un cadáver anodino. Colocó su mano sobre el corazón; no latía. De pronto, sus ojos se abrieron y descubrió que no era humano. Una convulsión provocó que el cuerpo se moviera y a continuación se levantó.  Abrazó a Julio con tal fuerza que no lograba soltarse y a continuación lo arrastró con el bajo las gélidas aguas del lago.

Muerte y vida descendían hacia las profundidades batiéndose en un abrazo. Quedaba poco aire en sus pulmones, y se iba perdiendo al compás que su propia vida. La lucha por deshacerse de aquel último abrazo era inútil. La fuerza oprimía su cuerpo sin remedio, el dolor antes intenso se volvió agonizante y de su mano llegó la asfixia.

Llegaron al fondo del lago pero nada se puede hacer cuando la muerte avanza hacia nosotros. Julio comprendió que su deseo de morir se había realizado; la muerte se lo llevaba. Exhalo su último halito de vida que quedó perdido en las profundidades

6 comentarios:

  1. Me ha parecido fantástico. Creo que está realmente bien escrito. Enhorabuena y mucha suerte.
    Un beso.

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  2. Oh, vaya. Pensé que se salvaría y encontraría un por qué por el que vivir; el resultado final, la muerte, era lo que quería, ¿no?

    Muy Bueno; suerte en el certamen.

    Felices fiestas, Cristina.

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  3. G.l.r. es una historia sencilla y corta. Muchas gracias por el comentario. Un abrazo,
    Cris

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  4. MiánRos,

    Nada, hay que escribir finales que acaben mal, que también existen jejeje. Sí, realmente el lo deseaba pero tanto pensar en ella y al final es ella el que se lo lleva.
    Felices Fiestas y muy buena entrada de año, un abrazote!

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  5. La sugestión es poderosa y, a veces, llama a la misma muerte sin que uno se de cuenta. A veces, pensar en morir, ya es en sí morir un poco. Me ha gustado tu cuento Cris, nos vemos pronto, ¿eh?

    Un beso.

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  6. Merci Iskandar, si, vosotros diréis, un besito

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